lunes, 16 de septiembre de 2013

Usina, un modo autosustentable de generar conocimiento

Nuestro cerebro puede pensarse como una maquinaria con engranajes perfectamente aceitados, listos para ser puestos en funcionamiento.



De acuerdo a la Real Academia Española, una usina es una instalación industrial importante, en especial la destinada a la producción de gas, energía eléctrica, agua potable, etc. Por su parte Wikipedia, postula que una usina es un recinto industrial, cuya producción dice relacionarse principalmente con la producción de energía, minería, refinería, siderurgia, y en general cualquier edificación en la cual se desarrolla algún tipo de especialidad industrial de grandes proporciones.

Si tenemos presentes estas definiciones, resulta casi obvio el porqué del nombre de la aplicación, desarrollada por Universidad de Buenos Aires para el trabajo de situaciones conflictivas mediante el Método de Casos.
En el sitio usina.rec.uba.ar, pueden desarrollarse casos que permiten a los alumnos realizar su propio recorrido, tomar decisiones, simular situaciones reales, ir en busca de la información que precisan para abordar el problema y a partir de sus elecciones, producir nuevo conocimiento y sobre todo, poner de manifiesto el camino recorrido.

A modo de una cinta de montaje, tal como en las fábricas de inicios del siglo XX, el estudiante pone en funcionamiento la maquinaria de pensamiento y va sumando pieza tras pieza, hasta llegar a una decisión final, análogamente al producto terminado. Si detecta un error en la cadena de toma de decisiones, no puede volver atrás, pero si aprender de los errores e intentar enmendarlos para futuros procesos. Va comprendiendo, con el uso, la importancia del material adjunto en cada paso y tiene siempre la posibilidad de volver a recorrer el camino desde cero tomando nuevas decisiones, empleando nuevos engranajes que den un producto terminado con menos imperfecciones.

Sin duda, al ser el gestor de su propio conocimiento, el alumno procura explotar al máximo los recursos, el hecho de saber que su decisión no tiene vuelta atrás ni forma suprimida, lo compromete con una acción racional y criteriosa y sobre todo, podrá aprender de sus errores, de modo de ni volver a cometerlos. En cualquier caso, el modo de aprendizaje que propone USINA, es autogestionado, autosustentable y multiplicador.


Un poco de humor para arrancar el lunes

Por suerte para aprender cuestiones del corazón, aun podemos prescindir de la tecnología :)

jueves, 5 de septiembre de 2013

Instrucciones para usar un campus



En un paupérrimo intento por acercarme a la genialidad del Maestro Cortázar, les dejo mis instrucciones para usar el campus. (Se hace lo que se puede, y lo que no, se compra por e-bay ;)

Dejando de lado los prejuicios sobre la enseñanza virtual, incursionemos en el correcto uso del campus. Para comenzar explore, aventúrese, inténtelo, haga y deshaga. Recuerde: no se rompe. Comience con algo sencillo: un foro, compartir un archivo o una imagen. Evalúe las repercusiones. Vuelva a intentarlo. No se frustre ante la falta de respuesta. Estimule a los alumnos. Cree espacios de interacción: wikis, actividades, applets. Espere. Se desaconseja por completo atosigar a los alumnos. La comunicación no debiera ser ni más ni menos insistente e intrometida que la que se da en el aula y no olvide que el alumno también duerme, come y desea tener espacios para el esparcimiento. Evalúe el nivel de feedback antes de proponer una nueva actividad o consigna. Mientras tanto, explore qué otras oportunidades ofrece su plataforma y no deje de lado la estética, decore, añada colores, imágenes atractivas. Espíe campus ajenos, al menos los que estén abiertos a la posibilidad de entrar como invitado, siempre hay mucho que aprender de ellos. Habiendo dejado pasar un tiempo prudencial, al menos 1 día, controle su ansiedad y vuelva a revisar qué nivel de respuesta tuvo. En cualquier caso, entienda que salvo que esté a cargo de un curso online, el campus será un lugar más de encuentro y por ende la participación de los alumnos puede fluctuar. Evite frustrarse, pero sobre todo EVITE de cualquier modo dejar desatendidos los pedidos y consultas de sus estudiantes. Usted también es humano y mantiene otras actividades que ocupan su tiempo, pero ante una desilusión, el alumno abandona con mayor o menor facilidad su incursión por la virtualidad. No lo deje que se desanime. Y como consejo adicional, entre respuesta y respuesta, dése una vuelta por el Candy Crush, le proveerá distensión y diversión, al menos por un rato.


lunes, 2 de septiembre de 2013

¿Dueños de la información o náufragos cibernéticos?

Domingo 18 de Agosto, Tandil, almuerzo familiar, se suscita la siguiente conversación:
- Flor, vos que sabés de teatro, me dijeron que tengo que ver TOC TOC, ¿qué referencias tenés?
- Realmente, lo que más vale la pena es la actuación de Daniel Casablanca. Deslumbrante
- ¿Quién es? No lo ubico

La resolución de la situación se alcanzó cuando al recurrir a mi Ipad, en sólo segundos obtuve por lo menos 100 fotos de este actor argentino, tomadas a lo largo de su vida y caracterizado en distintos personajes. La pregunta que surgió entonces fue ¿Cómo se resolvía este tipo de dilemas 15 o 20 años atrás? Y, "los menos jóvenes" de la mesa no tardaron en responder "buscábamos en los libros". Sin embargo ninguna de las dos afirmaciones daba realmente respuesta a nuestra inquietud. En los libros no hay tanta información como en internet ni está tan accesible como en la red de redes. Por otra parte, no toda la información que podemos encontrar en internet es tan confiable como la que se encuentra en los libros que toman como referencia los que aun no se fían de la web y que por supuesto sienten casi impotencia frente a la imposibilidad de abarcar tanta información.

Otra anécdota que viene a colación y que surgió en la última semana se dio cuando una amiga me recordó que de pequeñas, cuando queríamos averiguar algo acerca del chico que nos gustaba, buscábamos su teléfono en la guía telefónica, para luego llamar a su casa y... cortar (?). Imaginen, el "desastre" que podríamos haber hecho de haber contado con Facebook 15 años atras.

En cualquier caso buscar en internet nos lleva a encontrar todo aquello que queremos y más, la pregunta que nos queda por resolver es ¿somos dueños de toda la información de que disponemos y capaces de manipularla o más bien seremos náufragos cibernéticos, perdidos en un mar de megabytes? Una primera forma para pararse en una u otra vereda de este dilema, es apelar a los recursos de búsqueda adecuados (búsqueda avanzada, tips de búsqueda, filtros, etc). Como puntapié les dejo un link que los puede ayudar (http://www.google.com/intl/es/insidesearch/tipstricks/all.html) y desde ya, se aceptan sugerencias o cuando menos un gps o una brújula que nos oriente o porqué no, alguna botella con un mensaje encerrado que aliemnte las esperanzas de estos náufragos de ser rescatados ;)

 

jueves, 22 de agosto de 2013

Del Fotolog a la vida resumida en #140caracteres

En el año 2004, se imponía como tendencia, tener una cuenta en fotolog y retratar absolutamente todo lo que nos pasaba y subirlo a la red para mostrarlo al mundo. En ese entonces junto a un grupo de amigos decidimos abrir una cuenta (Fisiturron, derivada de la fonética de la expresión francesa "physique du rol") y compartir ese espacio para que cada uno retratara los momentos que considerara memorable y los subiera allí para compartirlos entre todos. Años más tarde, repliqué esta actividad con un grupo de compañeros de Historia del arte, donde cada uno iba subiendo una obra de arte que por algún motivo le resultara especial, agregándole una entrada que hiciera referencia al período histórico en el cual había sido confeccionada, su autor y alguna otro dato de interés. Sin saberlo estábamos construyendo un espacio de construcción colectiva del conocimiento sin antecedentes para nosotros, que si bien pertenecemos a una generación altamente tecnológica, crecimos a la par de las idas y vueltas de la red de redes.

Años más tarde, en el 2012, decidí incursionar en el universo de los 140 caracteres, los hashtags, los trending topics, los seguidores y los "arrobame". Al principio lo entendía exclusivamente como un espacio de comunión entre aquella gente que gusta de divulgar todo lo que piensa y hace y aquellos que tenemos el gusto de pispear en que andan los otros. Abrí la cuenta, empecé a seguir a algunos amigos, a algunas figuras públicas, a algunas organizaciones, pero me limitaba a leer lo que se publicaba. De a poco empece a encontrar el gusto de compartir algunas cosas más o menos importantes que pasaban a mi alrededor y descubrí, por ejemplo que es la mejor herramienta para mantenerse informado acerca del clima o del estado del tránsito. Me encariñé, entendí que no era todo chusmerío y mero entretenimiento y que podía ser muy útil enterarse de algunas cosas que por otros medios no se divulgaban. 



Para mi sorpresa, en el primer cuatrimestre de este año, la Cátedra en la que trabajo, la cual tiene su usuario en twitter, al cual sigo (@fisicaffyb) propuso hacer una clase de consulta online, la noche anterior a que los alumnos rindieran. Acordamos un encuentro en línea, lo difundimos vía mail y a la hora señalada, siguiendo un hashtag pautado, se sugirieron consignas para abrir el debate y se esperó a que los alumnos plantearan sus inquietudes. Para mi sorpresa resultó ser una experiencia más que interesante. Estábamos todos reunidos a la misma hora, desde distintos lugares pero por el mismo motivo: queríamos aprender. Y el desafío fue múltiple: no sólo encontrarnos y abrir el diálogo, además debíamos hacerlo en menos de 140 caracteres y los docentes debimos ser capaces de maniobrar esta tecnología y transmitir en no más de dos oraciones, todo lo que queríamos responder a los estudiantes. ¿El resultado? Un extenso tweetdoc que se pretende compilar y editar para generar un material de estudio. (Si alguno de los lectores deseara contar con este  material no tiene más que solicitarlo ;) )

En definitiva, y en mi corta experiencia, no cabe duda que desde la compulsión por publicar cuanta imagen impacta en nuestra retina, hasta el titánico desafío de concentrar nuestras dudas y nuestro conocimiento en sólo 140 caracteres, evitando la verborragia que algunos padecemos, todas las tecnologías que se han ido desarrollando y que hoy tenemos al alcance de la mano son invalorables herramientas de enseñanza que nos permiten reforzar los lazos con nuestros estudiantes e incluso abrir nuevos caminos. Sólo hay que atreverse a andarlos.

Para los que aun no disfrutan de twitter o no terminan de entender cómo funciona o para qué sirve, les dejo este video que espero les sea útil. Hasta la próxima!


La enseñanza en la era del videoclip


Han pasado ya unos cuantos días desde la clase en la que se preguntó "Todos saben quien era Petrona de Gandulfo?" y entre murmullos se dejó entrever que alguna vez la habíamos escuchado nombrar. De lo que estoy segura, después del fragmento de su programa que vimos en clase, es que muchos  de nosotros nunca la habíamos visto. Y sino... ¿como olvidar su manera aburrida y arrogante, según el paradigma televisivo actual, de pretender enseñarnos una receta?



Por contraposición, nos encontramos hoy con una remake de su programa, conducido por una chef moderna, aggiornada, rebelde, que en tan sólo 5 minutos es capaz de preparar una docena de milanesas, un flan con 8 huevos y pan casero. ¿Será posible? En los tiempos televisivos, sin duda lo es; y nosotros como televidentes, reclamamos esos tiempos. Aprendemos siempre que logren atraparnos y entretenernos y de eso se encarga "la maestra" Narda.


Estas metáforas me llevaron a pensar en cómo las tecnologías han ido inexorablemente de la mano de las formas de aprender; cómo han ido amalgamándose, de modo de dar soporte al conocimiento que deseaba ser transferido y sobre todo cómo en cualquiera de los casos, la figura del maestro, del experto gana siempre el primer plano.

En la era del videoclip (expresión tal vez obsoleta para referirse a los tiempos que corren) para lograr aprender necesitamos que logren captar nuestra atención - efímera en muchos casos - para lo cual es esencial que no nos aburramos, caso contrario, la transmisión de conocimientos será una causa perdida. ¿Cómo lograr entretenernos y evitar que nos dispersemos en un mundo sitiado por estímulos? La respuesta parecería estar en las nuevas tecnologías: las computadoras, internet, la televisión digital en vivo y en directo, el high definition, todo nos trae al alcance de nuestra mano y de manera inmediata aquello que necesitamos para aprender y a su vez nos ofrecen número casi infinito de alternativas adaptables a cada usuario.

Creo que no queda duda de que el docente cumple el rol actualmente de acercar a los alumnos a la tecnología y viceversa y que de esta comunión saca el máximo rédito posible, de modo de lograr atraer a sus alumnos y proporcionarles la información a la velocidad que estos demandan.

Sólo a título de ejemplo propongo analizar esta publicidad de TANG, donde sin pretender que entendamos cada uno de los fotogramas con los que somos bombardeados desde el segundo 10, quien la creo, entendió que para transmitir una idea pregnante más le valen muchas imágenes redundantes y atractivas que nos permitan recrear un concepto en nuestra mente que transmitir ese concepto unidireccionalmente arriesgándose a que se pierda en la nebulosa de mensajes que nos asedian o peor aún que la obviemos por aburrida y tradicionalista.

Wow... tamaño desafío tendremos que afrontar los que que a fuerza de luchar contra los molinos de viento, estamos dispuestos a aggiornarnos para seguir acompañando a nuestros estudiantes...

domingo, 4 de agosto de 2013

¿Tecnofilia o Tecnofobia?

     Jueves, media tarde. Mi día había empezado a las 6:30, para esta altura llevaba al menos 12 hs despierta. Día invernal prototípico: frío, viento, lluvia, imposible peor día para arrancar con la cursada de una materia. Apenas llegué al aula, pude ver en la proyección la clave de wifi y yo pensé "Genial, una clase interactiva, es lo único que puede lograr que mis neuronas se mantengan activas frente a este panorama".

     Hasta este momento me consideraba una persona absolutamente tecnofílica. La clase transcurrió, tuvimos oportunidad de ver tres videos, donde de una manera u otra se mostraba la tecnologización de la sociedad. En un momento, al debatir acerca del contenido del material audiovisual  me descubro comentándole a un compañero "Ni loca hago una compra online con tarjeta de crédito" No fue sino hasta el momento en que tomé conciencia de que tal vez el exceso de tecnología en nuestras vidas nos hacía perder parte de nuestra privacidad, de nuestra individualidad, que descubrí que tal vez era un poco tecnofóbica. Pero... "¿son más los beneficios que las desventajas de la red de redes y de las redes sociales y los chats y los sitios de ventas online?" me pregunté y la verdad es que desconozco la respuesta a esta pregunta o mejor dicho, hasta ahora nunca lo había pensado.


     Internet, la computadora, el Ipad, el televisor, el celular, el mail son todos parte de mi vida cotidiana y como tal es difícil tomar distancia para realmente evaluar si nos vienen bien o mal, si a veces preferiríamos dejarlos a un lado para "desintoxicarnos" porque simplemente están ahí. Casi pensaría que es como cuestionarse si la propia sombra molesta o no. No lo sé, está... y como única referencia puedo decir que Peter Pan se angustió mucho el día que la perdió; pero no menos angustiante es el hecho de que alguien o algo nos persiga vayamos donde vayamos y hagamos lo que hagamos.


     Veremos si en este camino que comenzamos a recorrer logro definir una postura o al menos si logro recolectar más argumentos en uno u otro sentido. Esperemos para eso que el próximo jueves sea menos lluvioso e invernal.

Buen comienzo de semana a todos!